lunes, 9 de junio de 2014

SUFRE EN SILENCIO .- POESIA PERSA HAFIZ



¡Mil veces gracias! Una vez más mis ojos ha podido
aplacar sus deseos mirando tu rostro
Leal y pura, vuelves a ser la compañera de mi alma.
A veces pisan los viajeros el camino de la desgracia. 
Pero el compañero de ruta no se inquieta por si sube o si baja.
Vale más sufrir en silencio por una pasión oculta 
que confiarse a un compañero. Secretos hay 
que no se depositan en corazones llenos de malicia.
Regocíjate si la presencia de la bienamada te ilumina. 
Si la noche viene a envolverte de tristeza, 
¡consúmete, oh, antorcha, pero brilla!
Con la ilusión de un beso, compra la dicha. 
Salvará tu cuerpo y tu alma de las astucias del enemigo.
Largas horas y aun días me harían falta, ¡oh, mi amada!, 
para decir la tristeza que ensombrece mi rostro 
a causa del dolor con que me abrumas.
El canto del amor ha hecho conocer en Irak e Hijaz 
la dulce melodía de los gazales de Hafiz.


Reseña biográfica

Poeta persa nacido en Shiraz, aproximadamente en el año 1315.
Desde muy joven mostró su inclinación por la literatura, aprendiendo de memoria el Corán y dedicándose al estudio de la mística, la teología y la poesía.
Su obra contiene diversas formas poéticas, muy especialmente en el arte del ghazal un tipo de poema amoroso corto, clásico en la literatura persa, diseñado para ser cantado.
En sus versos está presente su anhelo por el vino, considerado por él como el éxtasis místico
que permite alcanzar el perfume de la Verdad, y la
delicada, y a veces triste, apreciación de la belleza terrena partiendo de la idea de que de la oscuridad nace
la luz.
Falleció en Shiraz posiblemente en 1390.    

DIVAGANDO doble personalidad cibernética



Esto de tener una doble personalidad cibernética ha sido un tanto extraño, bizarro  ; el blog del jardin de María la siguen más los Rusos, en tanto al estero de Martina la siguen más los Ucranianos ... de vez en cuando aparecen uno que otro Ruso por el blog de Martina ... cualquiera semejanza con la realidad es pura coincidencia .


HUMOR .- SANTIAGO OLEA



olesimos.blogspot.com

MANIFIESTO .- VICENTE HUIDOBRO

Huidobro es un creacionista y es uno de los poetas chilenos que más me gusta

LA POESIA : FRAGMENTO conferencia leída en el Ateneo de Madrid, el año 1921


Aparte de la significación gramatical del lenguaje, hay otra, una significación mágica, que es la única que nos interesa. Uno es el lenguaje objetivo que sirve para nombrar las cosas del mundo sin sacarlas fuera de su calidad de inventario; el otro rompe esa norma convencional y en él las palabras pierden su representación estricta para adquirir otra más profunda y como rodeada de un aura luminosa que debe elevar al lector del plano habitual y envolverlo en una atmósfera encantada.
   En todas las cosas hay una palabra interna, una palabra latente y que está debajo de la palabra que las designa. Esa es la palabra que debe descubrir el poeta.
   La poesía es el vocablo virgen de todo prejuicio; el verbo creado y creador, la palabra recién nacida. Ella se desarrolla en el alba primera del mundo. Su precisión no consiste en denominar las cosas, sino en no alejarse del alba.
   Su vocabulario es infinito porque ella no cree en la certeza de todas sus posibles combinaciones. Y su rol es convertir las probabilidades en certeza. Su valor está marcado por la distancia que va de lo que vemos a lo que imaginamos. Para ella no hay pasado ni futuro.
   El poeta crea fuera del mundo que existe el que debiera existir. Yo tengo derecho a querer ver una flor que anda o un rebaño de ovejas atravesando el arco iris, y el que quiera negarme este derecho o limitar el campo de mis visiones debe ser considerado un simple inepto.
   El poeta hace cambiar de vida a las cosas de la Naturaleza, saca con su red todo aquello que se mueve en el caos de lo innombrado, tiende hilos eléctricos entre las palabras y alumbra de repente rincones desconocidos, y todo ese mundo estalla en fantasmas inesperados.
   El valor del lenguaje de la poesía está en razón directa de su alejamiento del lenguaje que se habla. Esto es lo que el vulgo no puede comprender porque no quiere aceptar que el poeta trate de expresar sólo lo inexpresable. Lo otro queda para los vecinos de la ciudad. El lector corriente no se da cuenta de que el mundo rebasa fuera del valor de las palabras, que queda siempre un más allá de la vista humana, un campo inmenso lejos de las fórmulas del tráfico diario.
   La Poesía es un desafío a la Razón, el único desafío que la razón puede aceptar, pues una crea su realidad en el mundo que ES y la otra en el que ESTÁ SIENDO.
   La Poesía está antes del principio del hombre y después del fin del hombre. Ella es el lenguaje del Paraíso y el lenguaje del Juicio Final, ella ordeña las ubres de la eternidad, ella es intangible como el tabú del cielo.
   La Poesía es el lenguaje de la Creación. Por eso sólo los que llevan el recuerdo de aquel tiempo, sólo los que no han olvidado los vagidos del parto universal ni los acentos del mundo en su formación, son poetas. Las células del poeta están amasadas en el primer dolor y guardan el ritmo del primer espasmo. En la garganta del poeta el universo busca su voz, una voz inmortal.
   El poeta representa el drama angustioso que se realiza entre el mundo y el cerebro humano, entre el mundo y su representación. El que no haya sentido el drama que se juega entre la cosa y la palabra, no podrá comprenderme.
   El poeta conoce el eco de los llamados de las cosas a las palabras, ve los lazos sutiles que se tienden las cosas entre sí, oye las voces secretas que se lanzan unas a otras palabras separadas por distancias inconmensurables. Hace darse la mano a vocablos enemigos desde el principio del mundo, los agrupa y los obliga a marchar en su rebaño por rebeldes que sean, descubre las alusiones más misteriosas del verbo y las condensa en un plano superior, las entreteje en su discurso, en donde lo arbitrario pasa a tomar un rol encantatorio. Allí todo cobra nueva fuerza y así puede penetrar en la carne y dar fiebre al alma. Allí coge ese temblor ardiente de la palabra interna que abre el cerebro del lector y le da alas y lo transporta a un plano superior, lo eleva de rango. Entonces se apoderan del alma la fascinación misteriosa y la tremenda majestad.
   Las palabras tienen un genio recóndito, un pasado mágico que sólo el poeta sabe descubrir, porque él siempre vuelve a la fuente.
   El lenguaje se convierte en un ceremonial de conjuro y se presenta en la luminosidad de su desnudez inicial ajena a todo vestuario convencional fijado de antemano.
   Toda poesía válida tiende al último límite de la imaginación. Y no sólo de la imaginación, sino del espíritu mismo, porque la poesía no es otra cosa que el último horizonte, que es, a su vez, la arista en donde los extremos se tocan, en donde no hay contradicción ni duda. Al llegar a ese lindero final el encadenamiento habitual de los fenómenos rompe su lógica, y al otro lado, en donde empiezan las tierras del poeta, la cadena se rehace en una lógica nueva.
   El poeta os tiende la mano para conduciros más allá del último horizonte, más arriba de la punta de la pirámide, en ese campo que se extiende más allá de lo verdadero y lo falso, más allá de la vida y de la muerte, más allá del espacio y del tiempo, más allá de la razón y la fantasía, más allá del espíritu y la materia.
   Allí ha plantado el árbol de sus ojos y desde allí contempla el mundo, desde allí os habla y os descubre los secretos del mundo.
   Hay en su garganta un incendio inextinguible.
   Hay además ese balanceo de mar entre dos estrellas.
   Y hay ese Fiat Lux que lleva clavado en su lengua.