Cuando oí al docto astrónomo,
Cuando me presentaron en columnas las pruebas,
guarismos,
Cuando me enseñaron los mapas y los diagramas,
para medir, para dividir y sumar,
Cuando desde mi asiento oí al docto astrónomo que
disertaba con mucho aplauso en la cátedra,
Qué pronto me sentí inexplicablemente aturdido y
hastiado,
Hasta que escurriéndome afuera me alejé solo
En el húmedo místico aire de la noche, y de tiempo en
tiempo,
miré en silencio perfecto las estrellas.
viernes, 5 de septiembre de 2014
DIVAGACIONES .- DELIA QUIÑONEZ
Cuando la soledad
se me volvió un rito sin sentido,
desdeñé la vastedad del universo.
Despejé océanos
para abrirme caminos
que mutaran
las viejas formas de sal
que ataban
mi mano y mi palabra.
Olvidé planetas y estrellas ilusorias
y volví entre sombra de musgos
y rocas silenciosas.
Terrestre,
me nacieron espadas;
una fierecilla silvestre
nació de mis espinas
y entre la arena turbia
recordé la lejanía de los astros.
Cuando la soledad
se me volvió un rito sin sentido,
y el mar y el universo
me negaron su sal y sus estrellas,
desembarqué en este pequeño recodo
donde abril come astros
a falta de miel y primaveras
que alimenten la rosa
de sus días…
se me volvió un rito sin sentido,
desdeñé la vastedad del universo.
Despejé océanos
para abrirme caminos
que mutaran
las viejas formas de sal
que ataban
mi mano y mi palabra.
Olvidé planetas y estrellas ilusorias
y volví entre sombra de musgos
y rocas silenciosas.
Terrestre,
me nacieron espadas;
una fierecilla silvestre
nació de mis espinas
y entre la arena turbia
recordé la lejanía de los astros.
Cuando la soledad
se me volvió un rito sin sentido,
y el mar y el universo
me negaron su sal y sus estrellas,
desembarqué en este pequeño recodo
donde abril come astros
a falta de miel y primaveras
que alimenten la rosa
de sus días…
Delia Quiñonez .- Espada en tierra
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