jueves, 10 de julio de 2014

ODYSSEUS ELYTIS Hacia un país lejano y sin pecado ahora marcho...


            Hacia un país lejano y sin pecado ahora marcho.
Ahora me acompañan ligeras criaturas
            con auroras en el cabello boreales
y suave doradura en la epidermis.
            Por las hierbas avanzo, con la rodilla como proa
y mi aliento expulsa de la faz de la tierra
            los ovillos últimos del sueño.
Y los árboles marchan a mi lado, en contra de los vientos.
            Grandes misterios veo y extraños :
Fuente, escondite de Elena.
            Tridente con delfín, la señal de la Cruz.
Puerta blanca, la impía alambrada.
            Por donde he de pasar glorioso.
Las palabras que me traicionaron, con bofetadas
            se hacen mirtos y palmas
que repican ¡Hosanna el que viene!
            Como placer de frutas veo la privación.
Sesgados olivares con un poco de azul entre los dedos
            los años de la ira detrás de los barrotes.
Y playa ilímite, empapada en sortilegios de ojos bellos,
            el fondo de la Marina.
Por donde puro marcharé.
            Las lágrimas que me traicionaron, con humillaciones
se hacen brisas y pájaros sin tarde
que repican ¡Hosanna el que viene!
Hacia un país lejano y sin pecado ahora marcho.

Mi amiga psiquica



"Te sientes mal " .- me dijo 

"Si estoy con fiebre pero tuve que venir, hay informes que evacuar" 

"Te bajaron las defensas"

"Ah qué no , con toda esta presión"

"Si del trabajo y de ..."

"Si  ya se resolverá ;  y lo otro,  es problema de él"


VALPARAISO; NERUDA

extraño el mar !!!

AMO, Valparaíso, cuanto encierras,
y cuanto irradias, novia del océano,
hasta más lejos de tu nimbo sordo.
Amo la luz violeta con que acudes
al marinero en la noche del mar,
y entonces eres -rosa de azahares-
luminosa y desnuda, fuego y niebla.
Que nadie venga con un martillo turbio
a golpear lo que amo, a defenderte:
nadie sino mi ser por tus secretos:
nadie sino mi voz por tus abiertas
hileras de rocío, por tus escalones
en donde la maternidad salobre
del mar te besa, nadie sino mis labios
en tu corona fría de sirena,
elevada en el aire de la altura,
oceánico amor, Valparaíso,
reina de todas las costas del mundo,
verdadera central de olas y barcos,
eres en mí como la luna o como
la dirección del aire en la arboleda.
Amo tus criminales callejones,
tu luna de puñal sobre los cerros,
y entre tus plazas la marinería
revistiendo de azul la primavera.

Que se entienda, te pido, puerto mío,que yo tengo derecho
a escribirte lo bueno y lo malvado
y soy como las lámparas amargas
cuando iluminan las botellas rotas.

CONFUSIONES EN LAS OFICINAS