viernes, 1 de agosto de 2014

HANS CHRISTIAN ANDERSEN

Encuentran inédita carta de Hans Christian Andersen en la que confiesa tormentoso romance

El escritor danés envió la misiva al hermano de Riborg Voigt, una joven a la que amó profundamente, pero que se casó con otro. Ella se quitó la vida años más tarde y fue hallada junto a una fotografía y poemas del autor.










ODENSE.- El Museo Hans Christian Andersen anunció que recientemente se encontró en la ciudad danesa de Odense una carta en la que el escritor y poeta confiesa a un amigo sus problemas amorosos.

La misiva fue cedida al museo en una herencia, y en ella Andersen se confiesa ante un amigo y compañero de estudios, a quien relata el amor no correspondido por su hermana, Riborg Voigt.

El autor del famoso cuento "La Sirenita" escribió la carta probablemente en la Navidad de 1832, poco después de que Riborg se hubiese casado con otro.

El curador del museo, Ejnar Stig Askgaard, no tiene duda alguna de la autenticidad de la carta. "Conozco su caligrafía", dijo. Se trata sin embargo de un texto profundamente emotivo de Andersen, quien casi nunca escribió sobre sus sentimientos. "Tenía miedo porque temía un escándalo", señaló el curador.

Riborg creía que algunos de los poemas de Andersen estaban centrados en ella, pero el poeta lo negó de forma tajante y pidió a su amigo que quemara la letra después de leerla. Ella se quitó la vida años después en su casa. Fue encontrada con una fotorafía de Anderson, flores y una selección de poemas del escritor.

"Ahora queda muy claro que él escribió sobre ella", apunta Askgaard, y "que él amó profundamente a esa joven". Durante toda su vida pensaron uno en el otro. Ahora, la carta al hermano de Riborg se expondrá en Odense.

BOSQUE DE MUSICA .- VICENTE GERBASI

Bosque de música

Mi ser fluye en tu música,
bosque dormido en el tiempo,
rendido a la nostalgia de los lagos del cielo.
¿cómo olvidar que soy oculta melodía
y tu adusta penumbra voz de los misterios?

He interrogado los aires que besan la sombra,
he oído en el silencio tristes fuentes perdidas,
y todo eleva mis sueños a músicas celestes.

Voy con las primaveras que te visitan de noche,
que dan vida a las flores en tus sombras azules
y me revelan el vago sufrir de tus secretos.

Tu sopor de luciérnagas es lenta astronomía
que gira en mi susurro de follaje en el viento
y alas da a los suspiros de las almas que escondes.

¿Murió aquí el cazador, al pie de las orquídeas,
el cazador nostálgico por tu magia embriagado?

Oh, bosque: tú que sabes vivir de soledades
¿adonde va en la noche el hondo suspirar? 

VICENTE GERBASI

Dejaste en mi existencia la nostalgia del mundo. 
Adoro las ventanas que tiñen los crepúsculos, 
contemplo las estampas de algún campo del norte, 
elevo las aldeas a nevadas del cielo 
y un reno silencioso se yergue en mi silencio. 
Muero contra los pinos por ráfagas heladas, 
a mis manos se acercan pájaros del invierno, 
y un aire de mendigos difunde coros tristes. 
No sé si alguna hora de copos solitarios, 
esos que a veces caen en grises cementerios, 
sobre harapientas sombras, en plazas vespertinas, 
me espera en algún sitio lejano de la tierra. 
Por ti, que caminabas con tus ropas pesadas, 
entre los esqueletos vegetales del frío, 
yo vago por la orilla de un lago taciturno,
oyendo una campana de antiguos molineros.