....... En el corazón del hombre, soledad.
Extraño el hombre, sin ribera, cerca de la mujer, ribereña.
Y mar yo mismo a tu oriente, como a tu arena de oro mezclado,
que vaya yo aún y demore en tu ribera,
en el desatarse muy lento de tus anillos de arcilla
-mujer que se hace y se deshace con la ola que la engendra...
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