domingo, 3 de agosto de 2014
CATEDRAL
“Cuando empezamos a trabajar en la Catedral de Kingsbridge, el rey Stephen acababa de ser coronado y la princesa Maud había huido a Francia con su hijo recién nacido, Henry. Durante años, Inglaterra estuvo rota por la guerra y por un gran sufrimiento. Desde entonces, el rey Stephen ha muerto y el hijo de Maud reina como Henry II de Inglaterra. Ahora tememos la paz y la esperanza de un matrimonio brillante. Y por estos regalos y nuestra iglesia, doy gracias a Dios, a nuestro rey y a la gente de Kingsbridge y a varias generaciones de trabajadores incansables, pero la Catedral no está terminada y nunca lo estará. Así como la perfección humana es algo que todos queremos conseguir y nunca podemos alcanzar. Así, esta Iglesia estará constantemente cambiando, creciendo, demorándose a veces. Un legado continuado de nuestros débiles esfuerzos por tocar a Dios. Una Catedral, amigos míos, no son piedra ni son estatuas, ni siquiera un lugar para rezar. Es una creación continuada, un hermoso trabajo que, rezo a Dios, nunca termine. Y, como una nota final de cortesía… Jack ha acabado las ventanas con, quién podría pensarlo, cristal de colores. Alabado sea Dios.”
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