jueves, 25 de septiembre de 2014

La ultima Isla .... Jorge Teillier



La última isla

De nuevo vida y muerte se confunden
como en el patio de la casa
la entrada de las carretas
con el ruido del balde en el pozo.
De nuevo el cielo recuerda con odio
la herida del relámpago,
y los almendros no quieren pensar
en sus negras raíces.

El silencio no puede seguir siendo mi lenguaje,
pero sólo encuentro esas palabras irreales
que los muertos les dirigen a los astros y las hormigas,
y de mi memoria desaparecen el amor y la alegría
como la luz de una jarra de agua
lanzada inútilmente contra las tinieblas.

De nuevo sólo se escucha
el crepitar inextinguible de la lluvia
que cae y cae sin saber por qué,
parecida a la anciana solitaria que sigue
tejiendo y tejiendo;
y se quiere huir hacia un pueblo
donde un trompo todavía no deja de girar
esperando que yo lo recoja,
pero donde se ponen los pies
desaparecen los caminos,
y es mejor quedarse inmóvil en este cuarto
pues quizás ha llegado el término del mundo,
y la lluvia es el estéril eco de ese fin,
una canción que tratan de recordar
labios que se deshacen bajo tierra.

sábado, 6 de septiembre de 2014

Nuestros Héroes: Balmaceda



Mi padre es un hombre que lleva esculpido en sus brazos cientos de nombres,mujeres, de niños, de destinos, y los destinos de todos, son un cinturón a su cintura, y todos los ojos, son los ojos de mi padre que mira a través de miles de ojos como si estuviera acompañado de miles de hombres y mujeres pero la verdad es que mi padre, mi adorado padre, es un hombre absolutamente sólo”. Escrito por Pedro Balmaceda ( escrito y amigo de Rubèn Darìo) a su padre JOSE MANUEL BALMACEDA, presidente de Chile en un perìodo crìtico en Chile 

viernes, 5 de septiembre de 2014

W.WHITMAN .- El astrònomo

Cuando oí al docto astrónomo,

Cuando me presentaron en columnas las pruebas,

     guarismos,

Cuando me enseñaron los mapas y los diagramas,

     para medir, para dividir y sumar,

Cuando desde mi asiento oí al docto astrónomo que

     disertaba con mucho aplauso en la cátedra,

Qué pronto me sentí inexplicablemente aturdido y

     hastiado,

Hasta que escurriéndome afuera me alejé solo

En el húmedo místico aire de la noche, y de tiempo en

     tiempo,

miré en silencio perfecto las estrellas.


DIVAGACIONES .- DELIA QUIÑONEZ

Cuando la soledad
se me volvió un rito sin sentido,
desdeñé la vastedad del universo.

Despejé océanos
para abrirme caminos
que mutaran
las viejas formas de sal
que ataban
mi mano y mi palabra.

Olvidé planetas y estrellas ilusorias
y volví entre sombra de musgos
y rocas silenciosas.

Terrestre,
me nacieron espadas;
una fierecilla silvestre
nació de mis espinas
y entre la arena turbia
recordé la lejanía de los astros.

Cuando la soledad
se me volvió un rito sin sentido,
y el mar y el universo
me negaron su sal y sus estrellas,
desembarqué en este pequeño recodo
donde abril come astros
a falta de miel y primaveras
que alimenten la rosa
de sus días…

Delia Quiñonez .- Espada en tierra

Espada en tierra
 
Más honda y vertical que la ola
primeriza en el tiempo
se hundió la espada en la tierra
 
Olvidaron la eternidad de las estelas y las cresterías
                que besaron el cielo surcando escalinatas
de ciencia irrepetible.
 
Dejaron bajo el árbol de Ixquic
las siete calaveras de ultramar
y las siete virtudes con las que el ángel
de la bola de oro empeña su palabra.
 
Negaron la sabia geometría de los templos
la fragancia suspendida en las flores del jade
y las palabras del glifo que rumiaba silencios.
 
Más honda y vertical que la ola primeriza
cayó la espada sobre los hombres
que dieron redondez 
al círculo eterno de la tierra.